lunes, 17 de diciembre de 2012

Rescate de la oscuridad a la vida. Mi buen 2012



En este año vi  lo mejor de mí y también vi cómo se iba lo peor, mi alter ego se llevó todas sus maletas fuera y lejos de mí, toda la rabia, toda la tristeza, en este año encontré en mí una persona que no conocía y ahora amo. Descubrí que la bondad tiene cabello rubio o rojo, o simplemente viene en un estuche que no podrías reconocer, de ojos pequeños brillantes llenos de luz que alumbran con tales destellos que te enceguece, esos mismos destellos que marcan caminos a pesar de que la bondad misma muchas veces pierde el norte por no definir a quien entregarse.
En este año me encontré con un ser maravilloso habitando en mi corazón, un ser de luz y de amor, que desde hacía mucho estaba preso por vicios, malas costumbre, temores y malos recuerdos, ese ser salió a luz de la mano de un corazón que aunque esquivo quiso enseñarle mucho, y lo logro.
En este año estuve feliz por una sonrisa sincera, temerosa, falta de confianza pero de una sola postura, a pesar de que el azul de esa mirada ya no me acompañe ni ilumine mis pasos no la olvidare jamás, la distancia logro hacerme entender por qué esos ojos profundos tan silenciosos no eran para mí, pero agradezco que en este camino me acompañara su luz, la que ni esos ojos se atreven a mirar porque tal vez tienen miedo de encontrar un espíritu tan hermoso pero tan temeroso de la vida, de la fe de lo que el mañana está listo para proveerle.
Gracias al amor de un matriarcado, a sus sonrisas, sus consejos sus regaños, pero sobretodo ese hombro fuerte que herede de ellas,  de ese temple familiar, no me deje caer no retrocedí estoy aquí llena de amor, para darlo todo a los frutos de mi corazón ellos se lo merecen y por ellos esta madre joven ha decidido volver a la luz después de caminar por tanto tiempo en tinieblas.
Esta entrada la dedico a las personas que se dedicaron a enseñarme a hacerme paciente a darme lecciones sin decir ni una palabra. A ellas toda mi energía para que sus caminos estén llenos de esperanza, sabiduría y fe.
Hoy ciertamente estoy enamorada de la vida, de la gente, de las sonrisas de mis soles, de las caricias de manos amorosas, de mi familia, de mis verdaderos amigos, de quienes están o estuvieron haciendo parte de mi renacimiento, para mi este año fue un vuelco a la verdadera vida. Mi corazón parece estar en paz y creo que eso me permite ser madura sin perder ni por un instante la capacidad de sentirme una niña, disfruto el eco de mi propia sonrisa y sé que mi gran ángel de la guarda en este momento se regocija por completo de escucharme cada carcajada.