Estoy sacando la basura que por mucho tiempo deje me
habitara, es hora de decirle a la rebelde, indolente, impaciente,
irresponsable, insegura, mala consejera que es hora de despedirnos y que a
pesar de que compartimos mucho juntas es hora de decir ADIOS, que este espacio
no es suficiente para ambas y que por más que lo intente no podrá regresar, por
ella cometí errores y hasta ahora estoy dispuesta a perdonarla, no por ella
sino por mí, es hora de que separemos nuestros caminos y lamentable el de ella
aquí termina, por ella perdí el miedo a lo desconocido pero por ella también lo
arriesgue todo y por poco lo pierdo, le agradezco muchos buenos ratos aunque no
los mejores, esos me los di yo misma. Lo siento querida acompañante pero esta
es tu parada, aquí nos separamos, tu y yo ya caminamos mucho juntas, y con seguridad
ya no nos extrañaremos, porque juntas nunca fuimos una gran combinación. Es
hora de perdonarte por todo lo que me hiciste y me hiciste hacerles a las
personas que más amo. Esta es nuestra despedida, con llanto de ambas pero es
hora de que nunca más seas nombrada, perdonada siempre y olvidada desde ahora,
no puedo decir que fue un placer conocerte, pero es un placer despedirte.
Memorias, recuerdos, alegrías tristezas, enseñanzas, sueños esperanzas. Así se lee mi vida.
lunes, 25 de marzo de 2013
Cerrando círculos
Una etapa necesaria para hallar tus verdaderos sentimientos,
entender que con quién convives en tu subconsciente es más difícil de
comprender que hacerlo con quienes conviven en el consiente.
No es fácil hacer una lista de lo que crees deberías cambiar,
los auto reproches son tus peores enemigos, más a un aliado con tu conciencia y
tu memoria juntas bombardeando sin césar tus días y noches, no existe la forma
de erradicar temores si no eres capaz de pararte frente a ellos y hacer que se
conviertan en deseos.
Es más fácil convivir con deseos frustrados que con temor de
tu pasado. Por una parte intento cerrar círculos,
es necesario, pero y si uno de ellos se convierte en un círculo vicioso. Me
pregunto qué carajos quiere decir cerrar un circulo alguna vez estuvo abierto,
en realidad es un circulo o más bien un cuadrilátero, donde en cada esquina
intentas escapar y de nuevo resultas tirado en el suelo con nada más que la vergüenza
a cuestas. Parece que eso de decir “Ando
cerrando círculos, y no me siento muy sociable” no es para todos, yo lo intente
y creo que fallé porque creo que en vez de cerrar un círculo abrí una herida más
grande y profunda que la que llevaba en el maldito círculo. ¿ Y ahora quien le
da un minuto de descanso a cada pensamiento nocivo transmitido desde los más recóndito
de mi seco, maltrecho, y desahuciado corazón? Mal dita la hora en la que con un llamada me
lance a “cerrar un circulo”. Algunos sólo debemos enviar el circulo al carajo,
no volver a pensar en él, ni si en alguna vez estuvo abierto cerrado, sólo
dejarlo en el olvido para que nunca más te haga daño.
Ahora el habitante del circulo está de nuevo aquí, maltratando
lo poco que había dejado en pie, y mientras tanto yo trato de sacarlo a
patadas, no merece ni por un segundo poder habitar este lugar de nuevo, ni
profanar por un segundo lo que tanto me ha costado levantar del polvo de su
recuerdos. Dueles y parece que aún mucho así que hasta nunca sería ideal,
contigo, ni hasta luego ni hasta pronto, con un ADIOS basta.
Esa es la respuesta, no se cierran círculos, se entierran
fuera de ti, se olvidan. Los círculos que eres incapaz de cerrar, es mejor
mantenerlos tan lejos como puedas, si no puedes enterrarlos, sólo lánzalos al
espacio, finalmente se congelarán y esto también funciona.
miércoles, 6 de marzo de 2013
La Despedida
En tu ausencia cada día me enamoraba más tu maldita indolencia.
Cómo suplicar por la amnesia, un remedio a la sentencia impartida por tu
creciente indiferencia, fuera del calor de tu abrazo, abastecida de soledad,
pareciera que mi luz es ahora consumida por la agonía constante de cada paso
tuyo en esta casa ahora vacía, haz emprendido el vuelo de este seguro habitad
de hueso forrado por tierna carne, dejando a la desesperanzada muerte tocar estas
puertas con su atractivo aliento, al parecer la única oportunidad de liberar a
está presa de su prisión mortal, es pedir emancipación a la apacible muerte, ha
llegado la hora de abandonar el espacio vacío, he de renunciar a la esperanza y
reposar para siempre bajo el manto de quién parece ahora terminará con el
último de tus recuerdos, la vida que dejaste para mí, la única que conozco, el
latido en este pecho, ya no añoraré tu divina extrañeza yacerá junto a mí, este
es el momento, me marcho con ella, y conocer mi destino será tu condena.
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