domingo, 22 de abril de 2012

Erase una vez ¿Una Princesa?


En medio de corazones alimentados por el espíritu de la revolución, no se si el amor, o una necesidad natural de buscar problemas hizo que mi espíritu libre fuese atrapado en un cuerpo mortal, justo dentro del útero de mi madre, fui atrapada para siempre.
¿Por qué atrapada? No siempre se es feliz con lo que uno es, no soy la excepción, al salir del mas cálido y acogedor lugar en donde un humano puede estar estuve vulnerable al carnívoro y caníbal mundo donde la muerte el llanto y la realidad nutre los corazones.
Como muchos padres los míos tampoco estaban preparados para mi, así que el se asusto y se fue no se asusto por mi existencia, sino por sentirse atrapado, por perder la libertad que ya hacía mucho en el M-19 le habían arrebatado, ella sin embargo atraída por los cañones se quedo enfrente de el a esperar por mí, por su princesa.
Un espíritu atrapado, con una pequeña vista a lo que podía ser su futuro, dos ventanas gigantes y profundamente oscuras hablaban ya de mi alma, siempre he tratado de liberar el potro salvaje que habita en medio de este cuerpo, una lucha que no acaba y que cada día pareciera ser mas una derrota porque el alma se acostumbra a su prisión y es casi siempre tentada  a amarla.
Luego de mi prematuro despertar a una familia rota, crecí en medio del amor de una estirpe incomoda por las situaciones de los demás jamás por las propias, un sequito de tías a mi alrededor edifico un buen ejemplo cuando mi hermosa adorada y entrañable madre no podía, ella debía luchar por seguir construyendo castillos a mi alrededor.
Castillos que a propósito por poco me aplastan.
Para los ojos de ella parecía no haber nada mas, solo yo su pequeño rezago de espíritu libre , su recuerdo de revolución. ¿Era yo realmente lo ella estaba pidiendo? Creo muchas veces que no fui lo  que ella esperaba, algo me falto, un momento más bien creo que algo me sobro.
Tenía carisma y sonrisas de sobra, todas construidas bajo una espesa sombra, la falta de amor propio  no es solo un mal de adultos crece en el espíritu de los más pequeños y se esparce hasta volverse una sombra que acompaña cada uno de sus pasos, por cierto aun conservo la mía, quisiera dejarla pero nos hemos hecho insoportablemente necesarias la una para la otra.
Ella muchas veces se ha tornado en vicios, rebeldía, odio dolor y desesperación ella tiene esa facultad, ella ha sido la mayor constante en esta prisión, mi cuerpo no es más que eso, creo que alguna vez fui tan libre, sin tiempo ni espacio que por eso no soporto vivir aquí, que me haya tenido que acostumbrar es bien diferente.
Por otro lado siempre estuvo ella, de sonrisa eterna  que se encargo de aliviarme el dolor del encierro en medio de un mundo de mortales, ella curo mis heridas más profundas pensando que así finalmente una princesa se abriría camino en medio de la oscuridad, esta princesa más bien se convirtió en una reina de lo que ella mas temía, la oscuridad.
Cuando se es capaz de huir de los brazos más amorosos para buscar caminos espinosos es porque la libertad está muy lejos de llegar, yo aun estoy en su búsqueda, lejos de los brazos que levantaron muros inútiles frente a la debilidad de mi condición humana, unos brazos que con seguridad encontraron su lugar  muy lejos de mí.

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